“Nougat de Montélimar: dulzura eterna entre almendras y miel”
Nougat de Almendra de Montélimar
Desde el corazón del Valle del Ródano, donde los campos de lavanda y los almendros florecen bajo el sol provenzal, surge uno de los dulces más emblemáticos de la región: el nougat de Montélimar. Su delicada textura, entre firme y suave, perfumada con miel de lavanda y flor de naranjo, lo ha convertido en un símbolo gastronómico de Francia. Este turrón blanco, noble y aromático, es mucho más que una golosina: es el reflejo de una herencia, una tierra y una maestría artesanal transmitida por generaciones.
Una historia que comienza en Oriente
Aunque el nougat es profundamente francés en su expresión actual, sus orígenes se remontan al mundo árabe. Fueron los comerciantes y viajeros musulmanes quienes introdujeron en Europa la idea del turrón elaborado con miel, frutos secos y clara de huevo. Esta receta encontró tierra fértil en el sur de Francia, particularmente en Montélimar, donde las condiciones agrícolas eran ideales para producir almendras de alta calidad y miel aromática.
El nougat aparece mencionado en documentos franceses desde el siglo XVII, pero su verdadera consagración llega en el siglo XIX. Durante este periodo, Montélimar, gracias a su ubicación estratégica en las rutas comerciales del Valle del Ródano, se convierte en un centro de producción y exportación. Los viajeros en tren eran recibidos con pequeñas cajas de nougat como obsequio, y pronto el nombre de la ciudad quedó asociado inseparablemente con este dulce. Incluso el rey Luis XIV recibió nougat como parte de un regalo diplomático, prueba del prestigio que ya tenía en la corte francesa.
Mezcla para nougat artesanal.
Ingredientes sencillos, sabor complejo
La magia del nougat radica en su aparente simplicidad. Una receta clásica lleva miel, azúcar, clara de huevo batida y almendras enteras. Pero en la práctica, su preparación requiere precisión, experiencia y mucho cuidado. La miel —preferentemente de lavanda, recolectada en las colinas de Provenza— se calienta lentamente y se mezcla con el azúcar fundido, creando una base espesa y brillante. A esta mezcla se incorporan las claras montadas, lo que da volumen y ligereza, y luego se integran cuidadosamente las almendras tostadas.
Caldero de cobre en el que se prepara nougat.
El secreto de un buen nougat no solo está en la calidad de los ingredientes, sino en el ritmo de cocción. Se cocina lentamente en calderos de cobre, con movimientos constantes que impiden que el azúcar cristalice. Una vez listo, se vierte en moldes forrados con hojas comestibles de oblea, y se deja reposar durante horas o incluso días, para lograr la textura ideal: firme al corte, suave al paladar, sin pegarse a los dientes.
Las mejores versiones pueden incluir pistaches, nueces o aromas naturales como la flor de naranjo, aunque el clásico de Montélimar debe contener al menos un 30% de almendra y un 25% de miel para ser considerado auténtico según las normas francesas.
Montélimar, Francia
El alma de Montélimar
Montélimar no ha dejado de proteger y celebrar su tesoro más dulce. Hoy en día, la ciudad cuenta con una Ruta del Nougat, donde los visitantes pueden conocer fábricas artesanales, ver demostraciones en vivo y degustar variedades exclusivas. Casas centenarias como Arnaud Soubeyran o Chabert & Guillot abren sus puertas al público, mezclando tradición con innovación.
El nougat forma parte del imaginario festivo de la región: se ofrece en bodas, en ferias navideñas, en canastas gourmet y en los llamados “trece postres” de la Navidad provenzal. También es un recuerdo obligado para los turistas que atraviesan el sur de Francia, con sus empaques delicados y su historia centenaria.
Nougat de Montélimar por: France.fr
Dulzura con herencia
En cada bocado de nougat de Montélimar hay una historia de siglos, una geografía específica, y una cultura que ha sabido conservar su esencia. Este dulce provenzal no ha perdido su lugar en las mesas ni en los corazones franceses, y sigue despertando emociones, memorias y sonrisas. Más que un simple postre, el nougat es una joya de la tradición culinaria del sur de Francia.
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